La necesidad de producir más F&V y proteínas de origen vegetal para la salud humana y sistemas alimentarios sostenibles

Krishna Bahadur KC
Departamento de Geografía, Medio Ambiente y Geomática, Universidad de Guelph, Guelph, Canadá.

Un día, cuando el profesor de geografía Evan Fraser y yo observábamos una figura que mostraba la proporción de diferentes grupos de alimentos que se necesitaba comer para mantener una dieta saludable, según el modelo de Harvard Healthy Eating Plate (HHEP), me vino a la mente: ¿existe algún estudio sobre si hay suficientes frutas y verduras (F&V) producidas para adoptar la dieta HHEP y cuáles serían las consecuencias ambientales si adoptamos tal dieta?

Directrices de Harvard Healthy Eating Plate: 50% de los platos deben consistir en frutas y verduras.

HHEP informa que un plato de comida debe consistir en un 50% de F&V, el 25% de granos y el 25% restante deben ser proteínas, grasas y lácteos. Para responder a nuestra pregunta, comenzamos a explorar qué otras pautas nutricionales en todo el mundo se están recomendando para que estemos sanos. Algunos de ellas, como la FAO y el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), recomiendan comer al menos 2.350 kilocalorías por persona al día. Otras pautas, como la Guía de Alimentos de Canadá (CFG), también sugiere el número de porciones requeridas de diferentes grupos de alimentos.

La producción de F&V es mucho menor de lo que deberíamos estar comiendo.

Después de ver varias recomendaciones de nutrición, fuimos preguntándonos cuál es la producción o disponibilidad agrícola mundial. Los datos de producción están disponibles en términos de masa o kilocalorías. Esto trajo otra curiosidad a la mente; sobre cómo calculamos la cantidad de porciones de comida que necesitamos para comer según el HHEP y comparar esto con nuestra producción actual. Pero, si convertimos masa o kilocalorías en el número de porciones, ¿tendríamos suficientes porciones de cada grupo de alimentos según la recomendación de HHEP? La respuesta es no.

Con el fin de alimentar a todos de acuerdo con las directrices del HHEP, la agricultura global tendría que producir 15 porciones de F&V por persona por día. Sin embargo, según datos de la FAO de 2011, solo se produjeron 5 raciones. El cálculo también muestra un menor déficit en la producción de proteínas, con 3 porciones por persona por día producido, comparado con los 5 recomendados por el HHEP. Sin embargo, otros grupos de alimentos como aceite y grasa, azúcar, leche y los granos, estaban siendo producidos en exceso.

Siguiendo este desajuste entre la sobreproducción de algunos grupos de alimentos y la subproducción de otros, una pregunta inmediata me vino a la mente: ¿cuál sería el uso del suelo y el impacto de los gases de efecto invernadero, si tuviéramos que adoptar la dieta HHEP hoy y en el futuro? Como nos dimos cuenta, los productores agrícolas del mundo no están cultivando suficientes F&V para alimentar a la población mundial con una dieta saludable. Pero también encontramos que necesitamos aumentar la producción de proteínas y, en ese caso, necesitaríamos tierras adicionales de uso agrícola para alimentar a la creciente población. Si la industria agrícola corrigiera inmediatamente sus desequilibrios y modificara su producción para alinearse a las prioridades con el HHEP, surgiría un nuevo problema. Liberaría 51 millones de hectáreas de tierra cultivable a nivel mundial, pero la cantidad total de tierra utilizada para la agricultura (incluyendo pastizales también) aumentaría a 407 millones de hectáreas. Como resultado, las emisiones de los Gases de Efecto Invernadero también aumentarían.
Por lo tanto, aumentar la producción de F&V debe ir acompañada de una menor dependencia del ganado para mantener el suministro mundial de alimentos sostenible. La pregunta puede plantearse de nuevo, ¿cómo?

La mejor ruta: un aumento significativo en la producción de F&V con un alejamiento de las proteínas animales.

Para explorar la posibilidad en este contexto, calculamos la proporción de proteína basada en animales existente con la proteína basada en plantas. Actualmente, a nivel mundial, el 84% de las proteínas proviene de fuentes animales y solo el 16% de las proteínas proviene de fuentes vegetales. Luego, exploramos la cantidad de tierra utilizada para producir esta cantidad de proteína animal y vegetal. En la actualidad, se utilizan 103 millones de hectáreas de tierras cultivables y 1.092 millones de pastizales para la producción de un 84% de proteína animal y alrededor de 36 millones de hectáreas de tierras cultivables para la producción de un 16% de proteínas vegetales. Por lo tanto, adoptar la dieta HHEP no ayudaría a desarrollar un sistema alimentario sostenible. No podemos imaginar un agroecosistema sin animales en él, porque los animales juegan un papel en el ciclo de los nutrientes en el ambiente y preservan la calidad de ciertos tipos de tierra. El mejor camino a seguir sería unir un aumento significativo en la producción de F&V con un alejamiento de la proteína animal. En este contexto, realizamos un análisis de escenarios de las tierras de cultivo y de pastoreo requeridas, para el presente y el futuro, si adoptamos un 20% de proteínas de origen animal y un 80% de proteínas de origen vegetal. Descubrimos que actualmente necesitaríamos 675 millones de hectáreas de tierra y en 2050 necesitaríamos 813 millones de hectáreas de tierra para producir las porciones de proteínas totales, lo que es incluso menor que la cantidad de tierra que se está utilizando hoy para producir nuestras proteínas.

Entonces, para concluir, si queremos avanzar en alimentación del futuro, siendo más saludables y sin aumentar la cantidad de tierra de uso agrícola, debemos hacer dos modificaciones, cambiarnos al modelo de Harvard Healthy Eating Plate y cambiar nuestro consumo de proteínas en base a ganado a uno en base a plantas.

*Fuente: The Global Fruit & Veg Newsletter, n° 39, January 2019.

Haz de tu ensalada el plato fuerte

¿Cómo preparar la ensalada perfecta para un plato fuerte?

Las ensaladas son uno de los platos más sencillos de elaborar, pues sólo debemos mezclar los ingredientes elegidos, aliñar y ya está listo para consumir. Sin embargo, si deseamos elaborar una #ensalada nutricionalmente completa, es decir, que aporte todos los macronutrientes: hidratos de carbono, proteínas y grasas, además de minerales, vitaminas, fibra y otros, debemos tener algunos factores en cuenta.

Sé creativo al escoger la base.

El primer paso de tu plato es escoger el vegetal verde que formará parte de la base de tu deliciosa ensalada. Aquí tienes muchas opciones para elegir: lechuga de cualquier tipo, acelgas, espinacas, repollo, pepino, entre otras.

Agrega algo más de verde.

Ya tienes tu base lista, ¿por qué no añadir algo más de verde antes de pasar a otros colores? De esta forma le darás textura y más sabor. Prueba añadiendo palta, brócoli, espárragos o puerros.

Dale más color a tu plato.

Llegó el momento de darle un toque de color a tu ensalada. ¿Qué puedes añadir en este paso? Las opciones son infinitas, ya que puedes agregar todo lo que te guste, como por ejemplo: pimiento rojo o amarillo, zanahoria, tomate, cebolla morada o blanca, remolacha o repollo morado.
Las verduras de colores vibrantes no sólo le darán un aspecto más apetitoso a tu plato, sino que te garantizan una ensalada llena de vitaminas y otros nutrientes muy saludables.

Un toque crujiente.

Si añades ingredientes crujientes despertarán tu paladar y le darán el toque perfecto al resto de elementos.
¿Opciones? Manzana picada o semillas como sésamo, linaza o chía .

Potencia con proteínas.

En cuanto añadas las proteínas a tu ensalada pasará de ser un acompañamiento a un plato principal, ya que te proporcionará los nutrientes y la sensación de saciedad que necesitas para no pasar hambre. Puedes escoger entre: cualquier tipo de frutos secos (maní, nueces, almendras), carnes magras como el pollo o el pavo, pescado, queso, huevo, legumbres, tofu.

Y para cerrar con broche de oro: el aliño.

La guinda de tu ensalada es el aliño perfecto para ella. Cuando llegues a este punto, lo importante es que lo hagas a tu gusto. Puedes utilizar desde el tradicional aliño (aceite de oliva, sal y vinagre) hasta los más elaborados, como salsa rosa o de yogur, mostaza a la miel, especias y hierbas finas (albahaca, tomillo u orégano) y algunas frutas (ciruelas, mango, naranja etc.).

Como ves tu plato de vegetales puede ser más completo y riquísimo al mismo tiempo, sólo depende de ti. ¡Da rienda suelta a tu imaginación!n!