Día Mundial de la Alimentación ¿por qué preocuparnos?

Día Mundial de la Alimentación ¿por qué preocuparnos?

¿Sabías que nuestra forma de producir, consumir y, lamentablemente, desperdiciar alimentos, cobra un precio muy alto a nuestro planeta, ejerciendo una presión innecesaria en los recursos naturales, el medio ambiente y el clima?

Con demasiada frecuencia, la producción de alimentos degrada o destruye los hábitats naturales y contribuye a la extinción de especies. Esta ineficiencia nos está costando billones de dólares, pero, lo más importante, es que los Sistemas Agroalimentarios actuales están exponiendo desigualdades e injusticias profundas en nuestra sociedad mundial. Unos 3.000 millones de personas no pueden permitirse dietas saludables, mientras que el sobrepeso y la obesidad continúan aumentando en todo el mundo.

La pandemia ha subrayado la necesidad de un cambio de ruta urgente. El Covid-19 ha hecho que sea aún más difícil para los agricultores, que ya se enfrentaban a la variabilidad del clima y los fenómenos extremos, vender sus cosechas. Mientras, el aumento de la pobreza empuja a un mayor número de residentes de la ciudad a utilizar los bancos de alimentos y millones de personas necesitan ayuda alimentaria de urgencia.

En resumen, todas las sociedades del mundo necesitamos de manera urgente implementar Sistemas Agroalimentarios Sostenibles que sean capaces de alimentar a 10.000 millones de personas en 2050.

¿Y ahora qué?

El Secretario General de las Naciones Unidas convocó a la primera Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios, el pasado 23 de septiembre, para forjar un consenso acerca de nuevas y audaces acciones para transformar la forma de producir y consumir alimentos en el mundo, y así recuperar la senda hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, las organizaciones internacionales, el mundo académico y también nosotros como comunidad civil, estamos llamados a cooperar. Necesitamos influir en lo que se produce, aumentando nuestra demanda de alimentos nutritivos producidos de manera sostenible y, al mismo tiempo, ser más sostenibles en nuestras acciones diarias, ante todo reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos.

También, tenemos la responsabilidad de crear conciencia sobre la importancia de un estilo de vida saludable y sostenible. Los esfuerzos para mitigar el cambio climático, la degradación medioambiental y nuestro bienestar dependen de ello. Necesitamos activar un movimiento alimenticio que abogue por un cambio ambicioso.

Recuerda, ¡nuestras acciones son nuestro futuro!