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¿Fresca, congelada o en conserva? La mejor fruta es…

Mucho se habla de cuál es el estado en que mejor podemos aprovechar las características y nutrientes de las frutas. Cada uno tiene sus beneficios, según la situación y la época del año, pero para que te informes y elijas tu mejor opción, aquí te contamos todo lo que necesitas saber:

¿Es lo mismo comer fruta fresca, congelada o en conserva?
Las frutas y verduras congeladas se recogen en su punto de máxima maduración, son lavadas, envasadas y congeladas. La congelación hace que el alimento alcance temperaturas de -20°C, lo que evita que los tejidos se rompan y se pierdan líquidos propios de las frutas y verduras. Esto contribuye a que se mantengan sus características de color, olor, sabor y textura. Estudios han demostrado que no hay diferencias entre el contenido de vitaminas en las frutas y verduras congeladas respecto a las frescas.

Las frutas y verduras congeladas del mercado no tienen conservantes ni aditivos, siendo la congelación su método de conservación.

Las frutas y verduras descongeladas deben ser consumidas durante las 24 horas siguientes a su descongelación. Una vez descongeladas no se deben congelar nuevamente, ya que esto favorece su contaminación o deterioro.

Entre las ventajas de las frutas y verduras congeladas es que, si se descongela solamente la porción a consumir y se conserva el resto, se reduce el desperdicio de alimentos.

Para minimizar la perdida de nutrientes durante la cocción, se pueden cocinar el vapor durante 5 minutos. Si se cocinan en agua, se aconseja aprovechar esta agua en caldos u otras preparaciones ya que las vitaminas de tipo hidrosoluble pasan al agua de cocción.

Los alimentos en conserva o enlatados, han sido envasados herméticamente con el fin de preservar el alimento por un largo período de tiempo. Estos alimentos, antes de envasar, se procesan, son pelados, cortados, cocidos, se introduce en la lata y se sella. Se calientan con el fin de matar las bacterias dañinas. Generalmente, se enlatan alimentos como verduras, frutas, legumbres, pescados, mariscos, entre otros. Los alimentos enlatados pueden conservar la mayoría de los nutrientes de los alimentos frescos, como proteínas, hidratos de carbono y grasas, sin embargo, el proceso térmico puede reducir la cantidad de algunas vitaminas de tipo soluble en agua, como lo son la vitamina C y las del grupo B.

Algunos alimentos enlatados, como tomate y choclo, al ser sometidos a altas temperaturas, liberan una mayor cantidad de antioxidantes que en su estado sin preservar.

Los alimentos enlatados pueden almacenarse cerrados durante años. Al adquirir alimentos enlatados, se debe procurar que las latas no estén deterioradas, abolladas ni tengan perforaciones, ya que en estos casos pueden estar contaminadas con una bacteria llamada Clostridium botulinum, que produce la enfermedad llamada botulismo, en la cual se produce parálisis e incluso la muerte.

Es importante leer la lista de ingredientes en la etiqueta de la comida enlatada y preferir aquellas con menor contenido de azúcar y sal. Otra recomendación es preferir las conservas en agua o jugo natural, respecto a aquellas enlatadas en aceite o almíbar o jarabe. En caso de comprar conservas en aceite o almíbar, se recomienda drenarlas y lavarlas para reducir el contenido de grasa, sal y azúcar añadida.

A los alimentos enlatados se le añaden ingredientes como sal, el azúcar y conservantes. Es por esta razón que se recomienda privilegiar siempre el consumo de alimentos frescos y naturales respecto a los enlatados.