Frutas y Verduras deshidratadas ¿Son saludables?

El aumento de consumo de alimentos ultraprocesados a nivel mundial (OPS/OMS, 2019) ha motivado la búsqueda de tecnologías que permitan desarrollar “snacks” que sean saludables y lo menos procesados posible. Dentro de las técnicas naturales para realizar snacks saludables encontramos la deshidratación de alimentos como frutas y verduras. Actualmente se han creado diversas “pymes” en nuestro país las cuales se basan en la venta y producción de frutas y verduras deshidratadas, además, en forma paralela se ha fomentado la compra de deshidratadores, ya sea eléctricos o solares, para realizar la deshidratación de frutas y verduras en casa.

En base a estos antecedentes, es importante conocer qué es la deshidratación, cuál es su origen y cómo afecta a las propiedades nutricionales de frutas y verduras.

La deshidratación corresponde a la reducción del agua que contiene un alimento mediante la aplicación de calor artificial, es decir, de manera artificial o industrial utilizando hornos o secadores comerciales, en cambio la desecación corresponde a la reducción del agua que contiene un alimento mediante la aplicación de calor de forma natural, es decir, mediante técnicas artesanales como la exposición al sol. El proceso de deshidratación/desecación se utiliza con el fin de evitar el desarrollo de hongos y/o bacterias que descomponen los alimentos, y de esta forma aumentar su durabilidad. Las principales características que vemos en las frutas y verduras al ser deshidratadas es que disminuye su tamaño y su peso, lo cual genera cambios en sus características naturales, como sabor, color y aroma (PROCADIS, 2015).

La práctica de deshidratar/desecar alimentos se conoce como la forma más antigua de conservar alimentos para periodos de escasez. Los dátiles y las uvas (pasas) son las primeras frutas que se deshidrataron en la historia; En Mesopotamia fue el primer lugar donde se cultivaron los árboles que dan estos frutos, y que al producir demasiada fruta esta no era cosechada a tiempo y se quedaba en el árbol o caía al suelo donde llegaba fuertemente la luz solar, secando la fruta en vez descomponerse, y al comerla notaron un sabor concentrado. (FAO, 2019) (Fundación canal, 2016)

 

Pero, ¿La deshidratación/desecación afecta a las propiedades nutricionales de las frutas y verduras?.

La deshidratación/desecación produce una pérdida de nutrientes en los alimentos, tales como el agua y vitaminas hidrosolubles. Por otro lado, los alimentos secos son más altos en calorías en comparación con el mismo alimento fresco, debido a una mayor concentración del azúcar propio de la fruta o verdura, sin embargo, no hay cambios en la cantidad de proteínas, fibra, hierro y magnesio (CEPAL, 2016).

Entonces, ¿Cuáles serían las ventajas y/o desventajas de deshidratar/desecar frutas y verduras? (De Michelis A. et al, 2015) (FAO/ODEPA, 2019)

Dentro de las ventajas encontramos las siguientes:

  • Permite conservar frutas y verduras, aumentando su vida útil
  • Disminuye las pérdidas de frutas y verduras
  • Se puede almacenar fácilmente debido a la reducción de su tamaño y peso
  • Los azúcares propios de frutas y verduras se concentran generando un sabor concentrado

Dentro de las desventajas encontramos las siguientes:

  • Pérdida de vitaminas hidrosolubles, como la Vitamina C
  • Pérdida de características naturales de frutas y verduras, como el aroma, sabor, color y textura
  • Aumento de cantidad de calorías en comparación con la misma fruta y/o verdura fresca.

Entonces, ¿Se recomienda su consumo?

Para aprovechar todos los beneficios a la salud que nos entrega el consumo de frutas y verduras siempre se debe consumir fresca, por lo tanto, la fruta y verdura deshidratada no estaría incluida dentro de las 5 porciones de frutas y verduras diarias recomendadas.

Sin embargo, el consumo de frutas y verduras deshidratadas podría considerarse como un snack saludable en reemplazo de snacks ultraprocesados, siempre y cuando nos fijemos en ciertos detalles, tales como:

  • Evitar frutas y verduras deshidratadas/desecadas con adición de azúcar, sal y grasas (por ejemplo: frutas secas confitadas o saladas, ya que esto agregará más calorías, azúcares, sodio y grasas saturadas a estos alimentos, provocando que su consumo sea menos saludable).
  • Medir la porción de consumo con nuestra palma de la mano (un puñadito), así evitamos comer en exceso
  • Evitar el consumo frecuente, podemos preferir su consumo para ocasiones especiales como fiestas o convivencias en compañía de un alimento saludable, como salsas de yogurt natural o salsas de verdura natural.

 

Referencias:

Cómo hacer para ordenar la despensa

En post anteriores, vimos cómo organizar la compra de nuestros alimentos y también su ubicación en el refrigerador. Hoy, nos avocaremos a aquellos alimentos que no necesitan refrigeración, pero que de igual manera requieren de un cuidado y conservación.

Los alimentos que pueden almacenarse en la despensa son los alimentos no perecibles, es decir, aquellos que pueden permanecer a temperatura ambiente por más de 6 meses. Entre estos, tienes el azúcar, las pastas, el arroz, los enlatados, etc. Conservar estos alimentos es fácil, sólo se deben considerar algunas recomendaciones:

  • Verifica que el lugar de almacenaje cuente con una buena ventilación, que sea fresco y seco.
  • Antes de almacenar, verifica que los alimentos estén secos.
  • Guarda granos, semillas y alimentos en polvo, en recipientes herméticos que eviten la humedad y el ingreso de aire.
  • Los alimentos que estén en bolsas abiertas pueden cerrarse con clips, elásticos o pinzas, así se mantendrán frescos y se evitarán derrames.
  • Coloca los paquetes abiertos en frascos herméticos, con esto evitarás que los alimentos se aplasten o derramen, así se mantendrán frescos y en óptimas condiciones. Los frascos de vidrio son una excelente opción para este tipo de almacenamiento.
  • Los enlatados se deben revisar con frecuencia, verificando que no estén dañados, abollados o con fugas, si presentan estas condiciones NO se deben consumir.
  • Cuando almacenes productos enlatados, éstos deben estar apilados, pero manteniendo una altura que evite que se rompan o aplasten.
  • Recuerda, al almacenar alimentos, dejar adelante los productos con fecha de vencimiento más próxima, mientras que los productos nuevos se guardan en la parte de atrás.
  • La higiene en el lugar de almacenamiento y preparación de alimentos es fundamental para evitar enfermedades de trasmisión alimentarias.

Cómo hacer para organizar el refrigerador

Muchos de nosotr@s, después de comprar nuestros alimentos, llegamos y metemos todo al refrigerador… ¡craso error!

Si en otros post vimos que la compra de nuestros alimentos tiene un orden y un sentido, pues bien, el almacenamiento de éstos ¡también lo tiene!

Posterior a nuestras compras es necesario almacenar los alimentos de acuerdo a si se trata de productos frescos, congelados o refrigerados. Es importante mantener el menor tiempo posible a temperatura ambiente, aquellos alimentos que se deben congelar o refrigerar.

Para almacenar los alimentos se recomienda respetar, la fecha de elaboración y vencimiento. Los productos más “antiguos” tienen que ser consumidos antes. Es decir, se debe consumir primero aquellos alimentos que tienen fecha más cercana de vencimiento.

A continuación, te compartimos algunos aspectos que debes considerar para un correcto almacenamiento de tus alimentos:

– El primer paso consiste en Identificar los alimentos que necesitan refrigeración, es decir aquellos que debiesen almacenarse en lugares con temperaturas entre 0 y 5ºC. Esto se observa generalmente en la etiqueta del producto.- Después de identificada la temperatura, es importante definir la ubicación en el refrigerador.

– Estante superior: Se ubican los lácteos (por ejemplo: yogures, quesos, postres, lácteos) y huevos. Para la mayoría de los productos lácteos se recomiendan temperaturas bajas entre 2-4 ºC.

– Centro: Está destinado para productos preparados y/o listos para consumir en un lapso no mayor de 3 a 4 días. Enfría a temperatura ambiente los alimentos cocinados, antes de refrigerarlos y evita el gasto de energía innecesario.

– Parte inferior: Se ubican las frutas y verduras. Este espacio debe permanecer limpio y seco, para evitar el deterioro de estos alimentos.

– Puerta: Aquí se colocan aquellos productos que no necesitan de mucho frío para conservarse como por ejemplo salsas y aguas saborizadas con trozos de fruta o alguna verdura, como pepino y limón. Es importante evitar abrir innecesariamente la puerta del refrigerador y, cuando se abra, procurar que sea por el menor tiempo posible para evitar la pérdida de temperatura.

– Evita el contacto de productos como carne o pollos crudos con aquellos listos para el consumo, así evitarás la contaminación cruzada.

– Los alimentos procesados enlatados que fueron abiertos y que no se consumen completamente, es recomendable colocarlos en un recipiente con tapa, antes de guardarlos en el refrigerador.

– Separa las frutas muy maduras del resto y ubícalas en un recipiente especial para ello.

Aderezo de mango para ensaladas

Llegó el verano y con el las ganas de consumir preparaciones frescas y sabrosas. Es por esto que en 5 al Día, hoy les tenemos una receta que pueden combinar con su ensalada favorita, ya que en esta temporada nos podemos regodear, con la gran variedad de verduras que tenemos a nuestra disposición.

Vamos por ese delicioso ¡aderezo de mango para ensaladas!

Ingredientes:
– 1 mango grande muy maduro.
– 2 cucharaditas de vinagre blanco.
– 2 cucharadas soperas de aceite, ojalá de oliva extra virgen.
– Sal a gusto.

Preparación:
Lo primero que debemos hacer es colocar el mango pelado y el resto de los ingredientes a la licuadora. Los trituramos bien, hasta conseguir una salsa muy parecida a una mayonesa, ¡y listo! Ya tenemos nuestro delicioso aderezo de mango.

¡Cuéntennos con qué lo van a mezclar!

Cómo hacer para planificar las compras

Para evitar la pérdida y desperdicio de alimentos y el consiguiente malgasto del presupuesto familiar, es recomendable planificar la compra de alimentos. Así optimizarás los alimentos que tienes disponibles en el hogar y los que vas a comprar. Para ello, te compartimos estas recomendaciones antes de la compra:

· Revisa los alimentos disponibles: Es indispensable que revises la despensa y el refrigerador en el hogar para identificar los alimentos que te hacen falta y así se evitarás las compras en exceso.

· Planifica tu menú: Esta actividad consiste en diseñar las comidas que prepararás a partir de los productos disponibles en tu casa y de aquellos que debieras comprar. Te recomendamos priorizar en tu menú los alimentos cuyas fechas de vencimiento están próximas a cumplirse y los alimentos ya preparados.

· Innova con productos que ya tienes: Busca alternativas novedosas para tu menú, considerando aquellos productos que no sueles utilizar y que van quedando rezagados en tu alacena, pero que son comestibles y nutritivos. Reconocer esos alimentos que podrían ser parte del menú de la semana o del mes, hará que evites su desperdicio.

· Elabora una lista de compras: Primero verifica el presupuesto disponible, luego reconoce las cantidades necesarias de cada uno de los alimentos y agrúpalos según la forma de conservación en el hogar, todo esto facilitará su conservación durante la compra.

· Al comprar, ¡sigue la lista!: Una vez en el lugar de compra de preferencia, sigue la lista, esto ayudará a reducir al máximo las compras no planificadas.

· Sigue un orden: Al momento de seleccionar los alimentos, es importante seguir un orden, comenzando por aquellos productos que van en la despensa (alimentos no perecederos), seguido por los que se encuentran a temperatura ambiente y por último, elegir los alimentos refrigerados y congelados. De esta forma, se evita que estos se descongelen y pierdan sus propiedades.

· Fíjate en las fechas: Durante la compra, es importante tomarse el tiempo para leer la información que aparece en las etiquetas. Uno de los aspectos a considerar son las fechas de elaboración y vencimiento.

· Guarda primero los congelados: Al llegar a casa, es recomendable guardar primero los alimentos congelados y refrigerados.