Alimentación saludable en pandemia y post pandemia

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¿Por qué los chilenos nos alimentamos mal?

Una alimentación sana debe contener frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales integrales. En frutas y verduras deben consumirse al menos 400 gramos al día —cinco porciones de 80 gramos cada una— de frutas y hortalizas, lo cual no se cumple en Chile, donde solo el 15% de la población consume las cinco porciones recomendadas. Esto sucede a pesar de que nuestro país es gran productor de frutas a nivel mundial, siendo el primer exportador de cerezas, arándanos, uva de mesa, ciruelas y estando en los primeros lugares en manzanas, frambuesas y otros berries, paltas y kiwis. Además, existen en el país más de 1.100 ferias libres donde se venden frutas y hortalizas de buena calidad a precios razonables. Entonces, si tenemos frutas y hortalizas de buena calidad, accesibles y a precios razonables, ¿por qué no consumimos más frutas y verduras?

En general, la población sabe lo que es una alimentación saludable y está consciente de la necesidad de comer frutas y verduras por su efecto positivo para la salud, pero no lo hace y prefiere alimentos envasados y comida rápida. Cuando se cocina en las casas, se prefiere lo rápido y fácil denominado AFP, en lenguaje popular por las siglas correspondientes a Arroz, Fideos y Papas, junto con un alto consumo de pan y bebidas gaseosas, jugos azucarados y alimentos procesados tipo “snacks”.

Ante esta realidad, la actual pandemia de coronavirus pudo ser una oportunidad para que las personas consumieran más frutas y verduras al mantenerse la cadena alimentaria desde la producción hasta la venta en ferias libres, almacenes y supermercados de todo el país, la que nunca se interrumpió. Además, se tuvo mucho tiempo para cocinar en las casas, que se utilizó para preparar pan, pastelería, masas, frituras, en vez de nuestros platos saludables de la cocina tradicional, ensaladas y frutas de postre. En la mayoría de los casos aumentó la ingesta de alimentos no saludables, lo cual, sumado a la falta de actividad física por las restricciones de movilidad en la pandemia, ha significado un incremento en el peso de las personas, como lo demostró el Mapa Nutricional de Junaeb en niños y adolescentes, y en adultos encuestas telefónicas, donde 40% reconoció haber subido de peso

Una de las razones que se dan para no tener una alimentación saludable es su alto costo. En el caso de frutas y verduras existe una variación en los precios según la estacionalidad, pero en muy pocos casos el kilo de fruta supera el valor de un kilo de pan o de un litro de bebida o jugo azucarado, que no faltan en la casa de ningún chileno. Otra razón es la saciedad que produce el pan, comparado con la fruta, pero hay algunas como el plátano que sí la producen. Entonces existe un tema cultural en el bajo consumo de frutas y verduras que hay que enfrentar desde los primeros años de escolaridad. En hortalizas, los niños solo conocen la lechuga, tomate y zanahoria y en frutas, la manzana y el plátano. Esto debe educarse para que sepan que existe una gran variedad frutas y verduras, sus características y componentes favorables para la salud.

Además, las frutas y verduras deben estar accesibles como colación en los recreos y en los almuerzos que entrega la Junaeb. En las escuelas debería enseñarse a cocinar y preparar ensaladas, guisos y postres con frutas y verduras a través de clases de cocina en conjunto con los padres, para que en las casas también se consuman estos productos.

Por todo lo anterior, el Gobierno de Chile y la Corporación 5 al día Chile impulsaron el Año Internacional de Frutas y Verduras ante Naciones Unidas, que fue aprobado para 2021. Durante todo el año se están realizando actividades para promover el mayor consumo de frutas y verduras por su efecto positivo en la salud de las personas, pero también para favorecer el medio ambiente, por ser una producción sustentable y favorecer a los pequeños y medianos productores agrícolas, que son los más vulnerables.

Además, se trata de disminuir las pérdidas y desperdicios que se producen desde la producción hasta el consumo de los productos hortofrutícolas, que en algunos casos llega al 40% del total. En consecuencia, consumir más verduras y frutas no solo produce un beneficio individual, sino que beneficia también al planeta.

Cumbre Sistemas Alimentarios y Año Internacional de Frutas y Verduras

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Columna del Dr. Dr Fernando Vio del Rio, Presidente corporación 5 al día Chile, Profesor Titular INTA Universidad de Chile.

El Decenio de Acción de las Naciones Unidas sobre la Nutrición 2016-2025 o llamado “Decenio de la Nutrición”), fue proclamado por la Resolución 70/259 de la Asamblea General de las Naciones Unidas en abril de 2016, luego de haberse establecido en el marco normativo de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (RIC2) celebrada en noviembre de 2014 y en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El Decenio de la Nutrición alinea los esfuerzos que ya están realizando los países y todas las partes interesadas para actuar en seis Áreas de Acción interrelacionadas, que son:

  • Sistemas alimentarios sostenibles y resilientes para dietas saludables.
  • Sistemas de salud alineados que proporcionan cobertura universal de acciones nutricionales esenciales.
  • Protección social y educación nutricional.
  • Comercio e inversión para mejorar la nutrición.
  • Ambientes seguros y de apoyo para la nutrición a todas las edades.
  • Fortalecimiento de la gobernanza y la rendición de cuentas en materia de nutrición.

En este marco, este año se desarrolla la CUMBRE SOBRE LOS SISTEMAS ALIMENTARIOS 2021 (1) convocada por el Secretario General de Naciones Unidas para lanzar nuevas medidas para lograr unos sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles, en la cual Chile está participando activamente desde el gobierno y la sociedad civil como parte del Decenio de Acción para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al 2030.

Por “sistema alimentario” se entiende la constelación de actividades relacionadas con la producción, el procesamiento, el transporte y el consumo de alimentos. Los sistemas alimentarios afectan a todos los aspectos de la existencia humana. La salud de nuestros sistemas alimentarios tiene una profunda repercusión en la salud de nuestros cuerpos, así como en la salud de nuestro medio ambiente, nuestras economías y nuestras culturas. Cuando funcionan bien, los sistemas alimentarios tienen el poder de unirnos como familias, comunidades y naciones.

Pero hay demasiados sistemas alimentarios del mundo que son frágiles, vulnerables al colapso y no han sido examinados, una situación que han experimentado de primera mano millones de personas en todo el mundo durante la pandemia de COVID-19. Cuando nuestros sistemas alimentarios fallan, el desorden resultante amenaza nuestra educación, salud y economía, así como los derechos humanos, la paz y la seguridad. Como en tantos casos, los que ya eran pobres o estaban marginados son los más vulnerables.

La buena noticia es que sabemos lo que tenemos que hacer para corregir el rumbo. Los científicos están de acuerdo en que la transformación de nuestros sistemas alimentarios es una de las herramientas más poderosas para cambiar el rumbo y avanzar hacia la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y para “reconstruir mejor” a partir de la pandemia del COVID19. Todos somos parte del sistema alimentario, y por eso debemos unirnos todos para lograr la transformación que el mundo necesita.

Uno de los estudios más relevantes relacionados con el tema, es el documento “Alimentos, Planeta Salud”, elaborado por la Comisión EAT Lancet sobre dietas saludables a partir de sistemas alimentarios sostenibles (2), que en su portada señala: “La transformación a dietas saludables para el 2050 requerirá cambios sustanciales en la dieta. El consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos y legumbres deberá duplicarse, y el consumo de alimentos como la carne roja y el azúcar deberá reducirse en más de un 50%. Una dieta rica en alimentos de origen vegetal y con menos alimentos de origen animal confiere una buena salud y beneficios ambientales”. (Profesor Walter Willet, Escuela de Salud Pública TH Chan de la Universidad de Harvard).

En el contexto del Decenio de la Nutrición, la Asamblea de Naciones Unidas decretó el año 2021 como AÑO INTERNACIONAL DE FRUTAS Y VERDURAS (3) por el efecto reconocidamente positivo en la salud, especialmente en enfermedades cardiovasculares, cáncer, obesidad y diabetes. Al ser la obesidad una pandemia, el aumento del consumo de frutas y verduras en el contexto de una dieta saludable es un tema relevante, en especial cuando nos enfrentamos al Coronavirus, en donde también las frutas y verduras tienen un efecto protector importante para prevenir la gravedad de la infección y su mortalidad.

Además, se consideró el efecto positivo que tiene la producción de frutas y verduras sobre el medio ambiente, especialmente si se compara con la producción de carne que requiere de extensas praderas y de cereales que se producen en grandes extensiones de terreno en desmedro de bosques y la conservación del medio ambiente.

También se consideró que en la mayor parte de los países los productores de frutas y verduras pertenecen a la agricultura familiar campesina, son pequeños productores y muchas veces los más vulnerables dentro de la sociedad. Por último, y siendo un tema no menor, está la reducción de pérdidas y desperdicios en toda la cadena alimentaria de frutas y verduras que llega a más de un 50%, lo que puede y debe ser reducido por una acción internacional.

En la obtención del Año Internacional de Frutas y Verduras, la participación de Chile ha sido fundamental como país gran productor y exportador a nivel mundial de productos vegetales, por lo cual existe una responsabilidad como país, en particular de la Corporación 5 al día y los integrantes de su Directorio que han apoyado esta iniciativa.

Referencias

  1. Naciones Unidas. Cumbre sobre sistemas alimentarios. Disponible en: https://www.un.org/es/food-systems-summit/about
  2. EAT-Lancet Commission on Healthy Diets From Sustainable Food Systems. Food in The Anthropocene: Summary Report of the EAT-Lancet Commission. Healthy Diets From Sustainable Food Systems. Food Planet Health. 2019. Disponible en: thelancet.com/commissions/EAT.
  3. FAO. Año Internacional de Frutas y Verduras 2021. Disponible en: http://www.fao.org/fruits-vegetables-2021/es/

Corporación 5 al día Chile y Año Internacional de Frutas y Verduras

Chile es un país gran exportador de frutas a todo el mundo, el primero en arándanos, cerezas, uva de mesa, ciruelas, manzanas desecadas y segundo en paltas, kiwis, frambuesas, manzanas. Sin embargo, el consumo al interior del país es bajo, con un promedio inferior a los 200 gramos al día, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es de 400 gramos al día, y solo un 15% de la población nacional cumple con consumir 5 porciones de frutas y verduras al día, según las últimas dos encuestas Nacionales de Salud 2010 y 2016/2017.

Por otra parte, desde la década del 80 se conoce el efecto protector del consumo de frutas y verduras para prevenir las principales enfermedades que nos afectan, que son las cardiovasculares, cáncer, diabetes, obesidad, enfermedades degenerativas y demencias. Es por ello que el año 1991 el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos inició la campaña de consumir frutas y verduras, la que se extendió a varios países y la OMS hizo propia desde el año 2000. El año 2004 la OMS solicitó al INTA de la Universidad de Chile, por ser Centro Colaborador OMS para los temas de alimentación y nutrición, hacerse cargo de la promoción del consumo de frutas y verduras en Chile. Para ello, se pidió el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que financió un estudio estratégico para ver cuál era la mejor forma de llevar a cabo esta iniciativa. Se acordó formar una Corporación de Derecho Privado con la participación de la academia y productores, distribuidores, exportadores y vendedores de frutas y verduras en el país. El año 2006 se constituyó la Corporación 5 al día Chile con la participación de la Universidad de Chile (INTA y Facultad de Agronomía), Pontificias Universidades Católicas de Santiago y Valparaíso, Universidad Mayor y FEDEFRUTA, HORTACH, Lo Valledor, SNA, ASOEX, ASACH, ASOF, con fuerte apoyo de FAO, OPS/OMS y los Ministerios de Agricultura y Salud, que no forman parte de la Corporación pero con los cuales existe contacto permanente.

Desde su inicio la Corporación 5 al día se incorporó a la «Alianza Global de Promoción al Consumo Frutas y Hortalizas 5 al día” o AIAM5 que agrupa a todos los países con movimientos y organizaciones 5 al día, que ha realizado un Congreso anual desde el año 2004, habiéndose realizado el Congreso Mundial de Frutas y Verduras en Chile el año 2008.

Las actividades que desarrolla la Corporación han sido implementar campañas comunicacionales y otras acciones educativas para estimular el consumo de frutas y verduras  en la población, especialmente a nivel de consumidores en los puntos de venta, especialmente ferias libres y supermercados, y trabajo en escuelas. Fue muy importante la implementación del Programa “Colación BKN” con entrega de frutas en escuelas municipales de María Pinto, Curacaví y Estación Central durante 7 años apoyado por JUNAEB y el programa “Qué rico es crecer sano con Tottus” realizado actualmente en escuelas y jardines infantiles y el Kiosco Verde de Lo Valledor en 6 escuelas municipales de la comuna Pedro Aguirre Cerda.

Además, la Corporación 5 al día contribuye a mejorar el nivel de la actividad hortofrutícola, mediante gestiones ante las autoridades públicas y las entidades privadas y promueve y facilita convenios con los distintos organismos nacionales, provinciales, municipales e internacionales, tendientes a efectuar todo tipo de acciones relacionadas con la promoción del consumo de frutas y verduras. 

En este aspecto, el año 2017 la Corporación 5 al día consiguió que se instalara por Decreto Presidencial como Día Nacional de Frutas y Verduras el 18 de octubre, el que se ha venido celebrando regularmente todos los años apoyados por las instituciones que participan en 5 al día y especialmente por el Ministerio de Agricultura. A raíz de esta celebración, la Corporación 5 al día, en conjunto con el Ministerio de Agricultura y de Relaciones Exteriores solicitaron a la FAO la posibilidad de que la Asamblea de Naciones Unidas decretara el Año Internacional de Frutas y Verduras, tal como anteriormente se habían celebrado el Año Internacional de la Quínoa, de las Legumbres, de la Agricultura Familiar Campesina y otros. Para ello se iniciaron una serie de gestiones a nivel internacional, siendo las más relevantes la aprobación el 8 de marzo 2018 por parte de los Ministros de Agricultura del Group of Latin America and Caribbean Countries o GRULAC que agrupa a 33 países de América Latina y el Caribe y el 2 de octubre 2018 en la Asamblea Anual de Ministros de Agricultura de FAO, en donde se acordó adelantar el año, que estaba programado para el 2026, en forma extraordinaria al año 2021 por la importancia del tema. 

Esta propuesta fue ratificada recientemente en junio de este año y solo falta la aprobación en la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de este año. 

Esta propuesta impulsada por Chile, país productor y exportador de frutas y hortalizas, es un gran desafío para el país, el Ministerio de Agricultura, de Relaciones Exteriores y para la Corporación 5 al día Chile que esperamos sacar adelante con el apoyo de todos y muy especialmente de FAO, que está comprometida con el proceso.

Para ello, ya está programada para junio 2020 una Reunión Internacional de Expertos en Frutas y Verduras para junio 2020 y el Congreso Mundial de Frutas y Verduras que se realizará en Madrid en octubre 2020, que será preparatorio para el Congreso Mundial de Frutas y Verduras del Año Internacional 2021 que se realizará en Santiago de Chile. 

Por último, hay que hacer notar la relación del consumo de frutas y verduras con el cambio climático  y la sostenibilidad del planeta, para lo cual los expertos proponen que “el consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos y legumbres deberá duplicarse y el consumo de carne roja y azúcar deberá reducirse en más de un 50%. Una dieta rica en alimentos de origen vegetal y con menos alimentos de origen animal confiere una buena salud y beneficios ambientales” (thelancet.com/commissions/EAT).

 

Producción y consumo sostenible para el cuidado del planeta

Cada vez más se pone de manifiesto la necesidad de mantener la biodiversidad para el adecuado funcionamiento de los ecosistemas y el aumento de la producción de alimentos. En la actualidad, la biodiversidad de la tierra se ve amenazada por los cambios en el uso de la tierra, la contaminación, el cambio climático entre otros factores.

Si se continúan utilizando los recursos naturales como se ha hecho hasta ahora, en que se ha ido desforestando y por lo tanto impidiendo la natural neutralización de las emisiones de CO2 con efecto invernadero en un futuro no muy lejanos tendremos serios problemas con el calentamiento global, lo que incide directamente en la producción de alimentos.

De acuerdo a las proyecciones mundiales de crecimiento, la población del planeta al año 2050 será de 10 mil millones de personas, por lo que se hace necesario aumentar la producción de alimentos a través de una agricultura sostenible, es decir que sea amigable con el medio ambiente. En que exista una diversificación de los cultivos de manera de mejorar la salud del suelo y la conservación de la biodiversidad que es esencial para la producción actual y futura de alimentos (FAO, 2018).

Las dietas sostenibles, en general tienen un bajo impacto ambiental por las siguientes razones: promueven la diversidad, lo que implica el consumo de una gran variedad de alimentos; están basadas en alimentos mínimamente procesados, especialmente los que se cultivan en el campo, como leguminosas, frutas y verduras, semillas y nueces sin sal, promueven el consumo moderado de carne y productos lácteos, consumo muy limitado de alimentos con alto contenido de grasas, azúcar o sal y bajo contenido de micronutrientes, por ejemplo papas fritas, productos de confitería y bebidas azucaradas; consumo de agua potable en lugar de bebidas y refrescos (FAO, Universidad de Oxford 2018).

Una de las acciones concretas que puede hacer el consumidor para contribuir al consumo sostenible es evitar las pérdidas y desperdicios de alimentos, se sabe que a nivel mundial se pierde o desperdicia un tercio de la producción mundial de alimentos. Estas pérdidas afectan tanto a productores como a consumidores ya que los productores deben aumentar los precios de los alimentos lo que afecta directamente al consumidor, además del daño que se produce en el medio ambiente por la pérdida de agua, tierra cultivada y mano de obra por nombrar algunos factores (FAO, 2011).

Dada la Importancia del agua en la seguridad alimentaria, el consumidor, al que se le recomienda el consumo de agua limpia de 6 a 8 vasos al día, puede mejorar la eficiencia en el consumo del agua con medidas tan simples como: realizar una mantención constante de las llaves de agua del hogar, de manera que no perder agua por esta vía, cerrar la llave cuando se están lavando los dientes o cocinar las verduras con poca agua o al vapor, entre muchas otras acciones que se pueden hacer a nivel del hogar.

Otra acción importante que puede hacer el consumidor es fomentar la reutilización y el reciclaje y promover patrones de consumo más sostenibles, en que se tome conciencia del impacto ambiental que causa cada una de nuestras acciones.

El reutilizar y reciclar los residuos de alimentos mediante el compostajes es una buena acción que es favorable para la calidad del suelo.

Finalmente, recordar que también se puede contribuir a disminuir el impacto ambiental a través de la actividad física, en que se usen las escaleras en lugar del ascensor y que se traslade en bicicleta o caminando al lugar de estudio o trabajo.

 

Referencias

FAO y Red de Investigación sobre el Clima y la Alimentación, Universidad de Oxford. González C, Garnett T. Platos, pirámides y planetas. Novedades en el desarrollo de guías alimentarias nacionales para una alimentación saludable y sostenible: Evaluación del estado de la situación. Roma 2018.

FAO. Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en el Mundo. Alianza Regional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos – Alcance, causas y prevención. Dusseldorf, Alemania. Disponible en: http://www.fao.org/3/a-i2697s.pdf 2011

FAO. Transformar la alimentación y la agricultura para alcanzar los ODS. 20 acciones interconectadas para guiar a los encargados de adoptar decisiones. 2018

Frutas y verduras perdidas y desperdiciadas, una oportunidad para mejorar el consumo

Las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA) son una preocupación a nivel mundial, se estima que cada año, 1.300 toneladas de alimentos son eliminados estando en condiciones de ser consumidos por los seres humanos 1. Los alimentos se pierden a nivel de producción, cosecha y post cosecha y se desperdician en todos los ámbitos relacionados al consumo, como el almacenamiento, distribución y uso en los hogares. Las PDA impactan la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reduciendo la disponibilidad y acceso a los alimentos y deteriorando el uso sostenible de los recursos naturales para las producciones futuras 2

Las frutas y verduras (F&V) son el grupo de alimentos con mayores pérdidas, las que pueden llegar hasta el 45% de lo producido y también con los mayores niveles de desperdicios, los que alcanzan hasta el 30%, de las compras realizadas por los consumidores 3

Las razones para el desecho de estos alimentos son estéticas como forma, tamaño y calibre, dados los criterios de selección para la venta y además partes de las F&V, no son valorizadas, tallos, hojas, cáscaras que no son el componente principal o de preferencia y que son eliminados sin considerar su aporte nutricional.

La recomendación de consumo de F&V, establecida en el año 2003, por la Organización Mundial de la Salud, es de al menos 400 gramos al día por persona, corresponde a 5 porciones, debido a los múltiples beneficios del consumo de estos alimentos, para la prevención de enfermedades 4. Para la disminución del riesgo del desarrollo de distintos tipos de cáncer, se ha establecido un consumo recomendado de 600 gramos al día de F&V 5. Incluso se ha estimado que los mayores beneficios en la prevención de distintos tipos de enfermedades, se logran consumiendo 800 gramos al día entre F&V y que con esta ingesta, se podrían evitar 7,8 millones de muertes prematuras a nivel mundial 6.

Aunque las enfermedades crónicas no transmisibles continúan aumentado y la obesidad se incrementa tanto en Chile como en el mundo 7, el consumo de F&V sigue siendo bajo.  La Encuesta Nacional de Salud de Chile 2016-2017, reveló que el consumo de F&V promedio es de 178 gramos por persona al día, menos de la mitad de la recomendación y que solo el 15% de los Chilenos llega a consumir 5 porciones diarias de F&V 8

Se realizan diversos esfuerzos para promover el consumo de F&V, el Programa 5 al día Chile, fomenta el consumo de estos alimentos desde el año 2006, contando con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Organismos Internacionales como FAO y OPS y el sector privado 9. Sin embargo, se requieren diversos cambios para lograr aumentar el consumo de F&V en forma efectiva, la educación alimentaria es fundamental para mejorar los conocimientos y habilidades de las personas, en la selección y preparación de estos alimentos y se necesitan modificaciones importantes en los ambientes alimentarios, que permitan aumentar la disponibilidad y oferta de F&V. En este sentido el rescate de F&V que son perdidas y desperdiciadas en diversos momentos, pueden complementar la ingesta insuficiente, aquellos alimentos que se eliminan por no contar con las características estéticas que el mercado exige, pueden ser dispuestas para mejorar la nutrición de las personas más vulnerables, a través de donaciones, también se pueden vender a precios más económicos, derribando la barrera de los costos, como razón para no comprarlos. A nivel del consumidor, el almacenamiento y manipulación adecuada y la utilización de partes aprovechables que se desperdician, son una forma concreta de lograr aumentar el consumo de F&V en los hogares 10. Por estas razones, visibilizar el problema de las PDA y educar en las acciones para prevenirlas a distintos niveles, constituyen una oportunidad para mejorar el consumo de F&V.

 

Bibliografía

1 FAO. Global food losses and food waste – extent, causes and prevention, por J. Gustavsson, C. Cederberg, U. Sonesson, R. van Otterdijk & A. Meybeck. Rome. 2011

2 FAO. Reflexiones sobre el sistema alimentario en América Latina y el Caribe y perspectivas para su sostenibilidad. Santiago de Chile. 2017

Save Food. Iniciativa Global sobre la Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos, 2015

World Health Organization. Diet, nutrition and the prevention of chronic diseases. Report of the joint WHO/FAO expert consultation WHO Technical Report Series, No. 916. 2003

5 World Cancer Research Fund, American Institute for Cancer Research. Food, Nutrition, Physical Activity, and the Prevention of Cancer: a Global Perspective. Washington, DC: World Cancer Research Fund International; 2007

6 Aune D, Giovannucci E, Boffetta P, Fadnes L, Keum N, Norat T, Greenwood D, Riboli E, Vatten L, Tonstad S. 10 Fruit and vegetable intake and the risk of cardiovascular disease, total cancer and allcause mortality—a systematic review and doseresponse meta-analysis of prospective studies.International Journal of Epidemiology. 2017; 46 (3): 1029–1056

7 The GBD 2015 Obesity Collaborators* Health Effects of Overweight and Obesity in 195 Countries over 25 Years. N Engl J Med 2017; 377:13-27

8 Ministerio de Salud de Chile. Encuesta Nacional de Salud. 2016-2017

9 Programa 5 al día chile. A 10 años de su implementación. Zacarías I, González CG, Fonseca L, Domper A, Lera L, Vio F. En: Realidad y perspectivas de la Producción y Consumo de verduras y frutas en Chile. Ministerio de Agricultura, Corporación 5 al día, INTA Universidad de Chile. Santiago Chile; 2016

10 Acuña D, Domper A, Eguillor P, González CG, Zacarías I, Manual de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. Santiago: Corporación 5 al día; Ministerio de Agricultura; INTA Universidad de Chile; 2018

Actividad Física y Salud

La llegada del verano, despierta en una gran cantidad de personas las ansias por empezar o retomar la actividad física o deporte, que contribuya a mantener una buena figura. La Organización Mundial de Salud (OMS) ha establecido en su terminología a las personas como activos o inactivos físicamente, definiendo a los primeros como individuos que realizan actividad física o deporte 150 minutos/semana de intensidad moderada o 75 minutos/semana de intensidad vigorosa. Y a los inactivos los definió como personas que están por bajo las recomendaciones de la OMS o simplemente no realizan ninguna actividad física.

Los resultados de la última “Encuesta Nacional de Actividad Física y Deporte 2018 en Población de 18 años y más” destacan que lamentablemente la inactividad física de la población chilena alcanza la cifra de un 81,3 %, completando el escenario los activos físicamente con un 18,7 %. Si bien las cifras de inactividad física han mostrado una caída desde 2006 a la fecha, los resultados son alarmantes y establecen que hoy 7 de cada 10 Chilenos mayores de 18 años, no realiza ningún tipo de actividad física. Además, se pudo establecer que grupos de menores ingresos son significativamente más inactivos, al igual que cuando se compara hombres y mujeres, estas últimas presentan mayor inactividad1.

Según Estadísticas Vitales 2016, publicadas en 2018 por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la primera de causa de muerte en Chile son las enfermedades del sistema circulatorio (hipertensivas, isquémicas del corazón, cerebrovasculares, entre otras) y la segunda tumores malignos (estómago, traquea-bronquios-pulmón, próstata, colon y mama principalmente)2.

En la actualidad existe evidencia convincente para aseverar que la inactividad física es un factor promotor para el desarrollo de varias enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). Un estilo de vida físicamente activo no sólo puede reducir la mortalidad y prevenir muchas enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, el accidente cerebrovascular y el cáncer, sino que también puede promover una función cognitiva y psicosocial saludable3.

El origen de las enfermedades que están matando hoy día a los chilenos, en general influye un componente genético, pero juega un rol importante el tipo de alimentación y la actividad física de la persona. La OMS ha sido clara al señalar que la malnutrición por exceso (calorías, azúcares, grasas y sodio) e inactividad física, junto al excesivo consumo de alcohol y tabaco han comprometido el estado de salud de los individuos, desarrollando cambios metabólicos que han aumentado el riesgo de padecer ECNT.

La pregunta es qué alimentos en general tienen bajas calorías y azúcares, son libres de grasa, contienen gran cantidad de agua, fuente importante de vitaminas, minerales, fibra dietética, compuestos bioactivos (fitoquímicos), con acción antioxidante y que la evidencia destaca como protectores de la salud, ya que previenen enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres: frutas y verduras4. Según la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, sólo el 15% de los chilenos consume 5 porciones de frutas y verduras al día (recomendación OMS)5. Cifra que revela junto a las de Actividad Física y Deporte que estamos haciendo las cosas bastante mal.

En resumen, hacer de la actividad física o deporte una actividad habitual en nuestras vidas, aumentar el consumo de agua entre 6-8 vasos al día, aumentar el consumo de frutas y verduras, consumir al menos 2 veces por semana legumbres y consiguientemente evitar el excesivo consumo de alimentos con elevado contenido de calorías, azúcares, grasas y sodio, nos mantendrán alejados del riesgo de padecer una ECNT.

Un estilo de vida que comprometa comportamientos modificables como una alimentación saludable y actividad física o deporte de forma permanente, traerán consigo un bienestar físico-emocional, traducido en un buen estado de salud.

Bibliografía:

1 Encuesta Nacional de Actividad Física y Deporte 2018 en Población de 18 años y más. Consultado el 11/01/2019 Disponible en: http://www.mindep.cl/encuesta-actividad-fisica-y-deporte-2018/

2 Estadísticas Vitales 2016. Consultado el 11/01/2019 Disponible en: http://www.ine.cl/docs/default-source/demogr%C3%A1ficas-y-vitales/vitales/anuarios/2016/sintesis-vitales-final.pdf?sfvrsn=11

McKinney J., MD, MSc, Lithwick D., MHA, Morrison B., BHK, Nazzari H., MD, PhD, Isserow S., MBBCh, Heilbron B., MB ChB, Krahn A., MD. The health benefits of physical activity and cardiorespiratory fitness. BCMJ, Vol. 58, No. 3, April, 2016, Clinical Articles Page(s) 131-137

Zacarías I,. Speisky H., Fuentes J., González C.G., Domper A., Fonseca L., Olivares S. Los colores de la salud, Capítulo 3 “Programa 5 al día” 2016, pag 11-26, disponible en https://5aldia.cl/wp-content/uploads/2018/04/Los-colores-de-la-salud-5-al-dia.pdf

Encuesta Nacional de Salud 2016-2017. Consultado el 11/01/2019 Disponible en: http://www.sochob.cl/pdf/ENCUESTA%20NACIONAL%20DE%20SALUD%20CHILE%20-2016-17_PRIMEROS-RESULTADOS%20OBESIDAD.pdf.