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Frutas y verduras, siempre bien lavadas

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Durante el proceso de cosecha y poscosecha, las frutas y verduras están expuestas a diferentes bacterias, virus y parásitos, procedentes de diferentes fuentes como el suelo, abono, agua de riego, transporte, recolección, mal lavado y almacenamiento.

A partir de estas fuentes, las frutas y verduras se pueden contaminar de bacterias como E. Coli, Salmonella, Shigella, Campylobacter, S. Aureus, entre otros, además de virus, como el cólera, y parásitos. Todas estas bacterias pueden causar enfermedades transmitidas por los alimentos al ser humano, como malestar gastrointestinal (dolor de estómago, náuseas, diarrea, vómitos, etc.).

Como consumidores finales, no podemos manejar todos los procesos que ocurren previo a la llegada de las frutas y verduras a nuestra mesa, pero sí podemos controlar todo lo que ocurre desde ese momento en adelante.

Es aquí donde radica la importancia del lavado de frutas y verduras, ya que en la cáscara es donde se encuentra la mayoría de las bacterias, virus y parásitos, los que pueden pasar a la pulpa de la fruta o de la verdura, lo que podría llegar a causar las enfermedades, en especial si las frutas y verduras serán consumidas de manera cruda.

A modo general, el proceso de lavado de frutas y verduras es el siguiente:
1- Lavar la fruta directamente debajo del chorro de agua, por al menos 20-30 segundos, frotándolas con las manos o un cepillo, de manera constante.
2- Luego, se deben enjuagar, revisando que no queden restos de suciedad o insectos, ya que estos son indicadores de que el lavado fue realizado con la energía y por el tiempo necesario.
3- Finalmente, deben secarse, con un trozo de papel, toalla o paño de cocina limpio, teniendo especial cuidado que no queden húmedas, en especial, cuando serán guardadas y no serán consumidas inmediatamente, porque la humedad puede ser un ambiente propicio para el desarrollo de bacterias y parásitos.

Además, es importante destacar que es necesario tener las manos limpias previo al lavado de las frutas y verduras, ya que en estas también puede encontrarse bacterias, virus y parásitos que pueden contaminarlas. Por lo tanto, es necesario un lavado previo de manos, con agua y jabón por al menos 30 segundos.

En los próximos días, compartiremos cómo sería el lavado y desinfección de frutas y verduras según las características físicas de estas. ¡Así que quédense muy atentos!

Lavado de frutas y verduras, y su conservación en el hogar

Las frutas y verduras pueden contener bacterias, virus, hongos, contaminantes químicos. Muchos de estos alimentos al estar en contacto con tierra y aire, están más expuestos a contaminación, tal es el caso de verduras de hojas, como lechugas, acelgas, espinacas, tubérculos y bulbos como zanahorias y cebollas.

En ocasiones el agua de regadío de estos alimentos puede estar contaminada con microorganismos patógenos. Debido a esto se aconseja aplicar medidas de higiene durante la preparación y consumo:

1) Una adecuada higiene en la manipulación de frutas y verduras previene las enfermedades de transmisión alimentarias abreviadas como ETAs. A continuación, entregamos consejos a seguir en los hogares:

  • Lava muy bien frutas y verduras, en el caso de verduras de hojas, lavar hoja por hoja bajo el chorro de agua, produciendo un tipo de arrastre con las manos. En el caso de tubérculos como papas y zanahorias, escobillar las cáscaras bajo el chorro del agua.

  • Desinfectar verduras de hoja con desinfectantes derivados del cloro o directamente con una dilución de cloro casera, la cual se realiza con 1 cucharadita de cloro por 2 litros de agua. Dejar reposar las hojas en esta solución por 15 minutos, luego colar y enjuagar bien bajo el chorro de agua. El dejar las verduras de hoja por un tiempo mayor puede causar que se marchiten y quede con sabor a cloro.

2) Respecto a la conservación de algunas frutas y verduras, entregamos a continuación algunos consejos:

  • Verduras como acelgas, espinacas, lechugas, zanahorias: mantener en el refrigerador en una bolsa perforada, lejos de las frutas para que no se deterioren.

  • Tomate: en verano mantener refrigerados, en otoño e invierno a temperatura ambiente porque si están refrigerados se ablandarán y perderán sabor.

  • Ajo: almacenar en lugar fresco, seco y oscuro con buena ventilación.

  • Cebolla: almacenar en un sitio frío, seco y oscuro con buena ventilación y lejos de las papas, porque éstas deshidratarán las cebollas. Si has cortado las cebollas, refrigéralas en una bolsa.

  • Zapallo camote: si está entero, dejar en un lugar fresco y seco. Si está cortado, refrigerar en un recipiente cerrado.

  • Papas: almacenar en una malla o canasta, en un lugar fresco, seco y oscuro con buena ventilación.

  • Manzanas: conservarlas refrigeradas, lejos de las verduras, ya que liberan etileno lo que produce que maduren antes los vegetales.

  • Naranjas: almacenarlas en un lugar fresco y seco. Si están cortadas refrigerarlas.

  • Plátano: almacenar en un lugar fresco y seco, sin bolsa. Cuando están refrigerados maduran antes.

  • Cilantro, perejil y albahaca: lavar y secar, guardar en pocillo plástico con tapa, envuelto en papel de cocina.